Pero en lugar de ser testigos de una competencia de lanzamientos o de alguna arriesgada coreografía de las porristas, en esta ocasión los aficionados presenciaron un emotivo momento.
Los ayudantes vendaron a una de las animadoras y la llevaron al centro de la cancha. Allí, la blonda aguardó ansiosa por saber qué iba a suceder, sin imaginar lo que pasaría segundos después.
Cuando le quitaron la venda, su novio, un joven soldado estadounidense, apareció con un anillo de bodas para proponerle matrimonio. Ante la ovación del público y la sonrisa de su amado, la porrista se desplomó de espaldas sobre una colchoneta, para luego dar el sí, ahí lloré y lloré, vean el vídeo.