El King Abdulaziz Camel Festival es un festival que busca premiar a los camellos más bellos de Arabia Saudita. Se celebra desde el 1 de enero hasta el 1 de febrero en el desierto del sur de Al-Dahna, a 120 kilómetros de la capital saudí, Riad.
Con los años, este evento se ha posicionado como el primer y principal festival de camellos en el mundo, en el que se promueven la herencia cultural árabe y las prácticas patrimoniales de la región a través de la figura del camello, el corazón de la fiesta.
Entre sus actividades está el concurso de belleza, en el que cientos de jorobados desfilan por un hipódromo mientras son evaluados por un grupo de jueces.
El tamaño de sus labios, rodillas y mejillas son importantes consideraciones a la hora de elegir a los camellos más bellos, cuyos dueños serían los ganadores que llevarían un total de 215 millones de SAR, es decir, más de 50 millones de dólares, ¡qué montón de plata!
Ante el abuso de sustancias para mejorar la imagen de los mamíferos, el comité organizador del certamen comunicó el año pasado que descalificarían a los camellos que tuvieran drogas en los labios, que estuvieran afeitados o con el pelo teñido.
«Nuestro equipo tiene la experiencia y la tecnología necesaria para detectar la manipulación. Trabajamos para contrarrestar el fraude y la manipulación», afirmó la organización.
A pesar de esto, en el concurso de belleza de este año, 12 camellos fueron descalificados porque sus dueños inyectaron en ellos una toxina botulínica para mejorar su aspecto. Según el diario español El País, se trataría de Botox.
Este animal es reconocido en el Reino Saudita como “el barco del desierto”, ya que durante muchos siglos ha sido parte esencial de la cotidianidad de los habitantes de la zona y, por lo tanto, es un auténtico símbolo de la vida en el desierto.
Otras actividades del festival consisten en exhibiciones, mercados artesanales, carreras de camellos, clases de obediencia y de peinados para estos animales y exposiciones de obras de arte hechas con arena. (El Espectador)