La Universidad de Charles, en Praga, ha estado trabajando con el tema de la equidad en las parejas, y aunque a muchos no les gustará, el resultado indica que cuando hay una parte dominante, la vida de ambos es más feliz.
Sin embargo, hay otro dato que menos te va a gustar: las parejas en las que la parte dominante es la mujer son más estables, pues tienen una mejor dinámica de pareja, en cuanto a las labores del hogar; incluso, tienen más hijos.
Pero esto no quiere decir que tengas que ser un esclavo de tu mujer, sino que apoyes más en las labores de la casa y que cedas un poco al momento de tomar decisiones.
El estudio indagó en 240 hombres y mujeres jóvenes, de origen europeo, de los cuales los investigadores encontraron que un 24% de las mujeres “se sienten más atraídas” por hombres sumisos, y, de hecho, los consideran “sexis”.
Si se aceptan estos roles de dominante y dominado, sin que esto quiera decir que pierda su individualidad o se encuentre en una situación incómoda, al parecer la pareja vivirá mucho más feliz. Tampoco se trata de que recibas malos tratos de tu mujer.
La cosa es que cuando en la pareja ambos tratan de asumir una posición de poder, vienen los problemas y desencuentros, que pueden empezar como discusiones leves, que irán subiendo de tono, hasta ser algo insoportable o incontrolable.
La vida en pareja se convertirá en una constante competencia, en la que al final no habrá ningún ganador… así que, si tu mujer es dominante, puedes dejar de competir y vivir más tranquilo y feliz, claro, sin dejar de lado tu propia vida. (Guía del Varón)