Ese día Carlos iniciara sus estudios en Física Biomédica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) luego de haber realizado distintos diplomados y cursos en química analítica, bioquímica y biología molecular para la industria farmacéutica desde la edad de 9 años.
Se trata de un estudiante de alta capacidad cognitiva que sólo quiere estudiar y si le cierran la puerta amenaza con meterse por la ventana o por donde se pueda. Otro de sus objetivos es conocer más niños como él para ayudarlos a cumplir sus objetivos.
Aseguró que siempre contó con el apoyo de su familia que fue ante las autoridades universitarias a solicitar que se le permitiera hacer el examen de admisión, en el que miles de aspirantes fracasan cada semestre, pero en el cuál Carlos solo tuvo 15 respuestas mal en una aprueba que tiene 120 aciertos.
Entre sus planeas académicos está el «reconstruir una célula, curar todas sus enfermedades, por ejemplo, la mitocondria, que tiene una membrana exterior y una interior. Aunque es relativamente sencilla tiene un montón de componentes: proteínas, hasta su propio ADN, ribosomas; se puede tratar de crear un medio.
«Construir una mitocondria desde cero, identificar todos sus procesos, relacionarlos y poco a poco reconstruir esos procesos en la vida real, y hacer una pequeña población de mitocondrias, generar un medio en el que se puedan desarrollar. Podemos seguir con los demás organelos (las estructuras contenidas en el citoplasma de las células) hasta conseguir una célula completa y de ahí curar casi cualquier enfermedad».
Ahora, el reto para Carlos será luchar contra el escepticismo ante sus capacidades y desempeño, pues también será la primera ocasión que sus compañeros, docentes y la comunidad universitaria tengan a un alumno de licenciatura tan joven. (INFOBAE)