Su decisión de dejar la selección más bien le trajo un sin número de defensores, entre ellos Diego Maradona, el mismo que había hablado mal de Messi con Pelé, o el que había lanzado críticas a la selección diciendo que «Si no ganan que no vuelvan».
Ahora Maradona salió a defenderlo: «Lo dejaron solo y yo no quiero dejarlo solo», dijo quien le había advertido que no volviera sin el título. Los dirigentes, agregó, «le hacen poner la carga al pibe, para tapar los desastres que hicieron en la AFA y hoy estén hablando de él y no de ellos».
El llanto y la renuncia de Messi fueron el antídoto, porque los vengadores fueron silenciados (aunque solo momentáneamente) por la reacción conciliadora de gente más generosa.
Ahora, casi todos los titulares, en vez que querer lincharlo, le piden a Messi que no se retire, que siga jugando.
Todo parece estar contra Messi: la mediocridad táctica de sus entrenadores, la falta de puntería de sus compañeros, la ineptitud de los dirigentes… hasta el abrazo de Maradona resulta amenazante. Sin embargo, hoy miles le piden que no se vaya. (Fuente BBC Mundo)