Sin embargo, un restaurante en Estados Unidos: Tom’s Diner, no cree que esto sea correcto, y reconoce que en ocasiones los comensales pueden ser un poco molestos con los meseros. Por ello, el dueño decidió cobrar un monto extra por cada “pregunta estúpida” que los clientes hagan.
Esta medida, más que molestar a los consumidores parece encantarles, y muchos de ellos suben la foto de su ticket de compra con los 38 centavos adicionales por haber hecho una pregunta, y lo mejor es que lo pagan gustosos.
El menú informa el cobro adicional por cada “pregunta estúpida”, y es el encargado del lugar al que se le ocurrió esta grandiosa idea, pues además de dar algo de humor a los comensales, evita que los meseros se molesten con los clientes.
Tom’s Diner es un establecimiento en Denver, Colorado, de gran tradición en la localidad y uno de los favoritos; incluso fue inscrito en el registro de sitios históricos. Aunque hace algunos años existía esta franquicia en todas las carreteras del país, ahora sobreviven unos cuantos establecimientos, sobre todo en poblados pequeños. (Guía del Varón)