El single se había publicado un año antes como parte del disco homónimo, pero su origen se remonta a 1995, cuando Donés viajó a Cuba para grabar un vídeo para la canción El lado oscuro con varios compañeros y el productor Fernando de France. Fue en La Habana donde conoció a Alsoris Guzmán, ‘La Flaca’ que cambió su vida.
“Yo trabajaba en 1830, una discoteca al aire libre en el Malecón más conocida como La Tasca. Un buen día aparecieron ellos, buscando una muchacha para un videoclip. Y yo esa noche llegué más tarde. Entonces al entrar por la puerta con mi vestido rojo me invitaron a un mojito y me preguntaron si me interesaba el trabajo”, contó Guzmán en una entrevista en la Cadena Ser en 2017.
El propio Donés habló en su libro 50 palos:… y sigo soñando del viaje y de su historia con ‘La Flaca’. El mal tiempo hizo que durante las semanas que pasaron en Cuba finalmente no pudieran grabar nada del videoclip, pero al cantante sí le dio tiempo a conocer la isla gracias a Guzmán e inspirarse para escribir la canción.
Según el músico, nunca llegó a tener nada con ella más que una atracción no correspondida. “La conocimos en Cuba y le pedimos que viniese unos días a nuestro hotel para grabar el videoclip del disco y la pusimos a dormir en el cuarto de Eva, una de las que venía con nosotros. Al segundo día, Eva pidió que la pasaran a mi cuarto porque lo debió de ver claro [se ríe]. La flaca estuvo varios días durmiendo en mi cuarto y yo me enamoré de ella, pero ni caso, claro. ¡Me quedé a dos velas! Por eso escribí eso de que ‘por un beso de la flaca yo daría lo que fuera’. Era verdad”, contó Donés a la revista XL Semanal durante la promoción del libro.
Según Guzmán, ella y el cantante terminaron durmiendo en la misma habitación por azar y, en realidad, sí hubo beso. “Surgió un beso, pero ya; un beso en el autobús cuando íbamos en viaje por Cuba. Él era una persona tímida entonces, aparte de que éramos muy jóvenes; y a mí no me pidas mezclar el trabajo con otra cosa”, contó al periódico El Mundo la cubana, que vive en Milán desde hace 20 años.
Cómo fue realmente su historia sólo lo saben ellos, lo que está claro es que esa canción escrita a lápiz en diez minutos le valió a Pau Donés un contrato con la discográfica Virgin y un hueco en la historia de la música. (huffingtonpost.es)