Los presentadores de Ammo NYC lo encontraron con solo 563 kilómetros y unas cuantas piezas de menos. ¿Cómo es posible que un coche nuevo acabe así? La razón fue un extraño cúmulo de circunstancias. Cuando su primer comprador lo sacó del concesionario se dio cuenta de que tenía un arañazo en el parachoques delantero.
El concesionario quería arreglarlo, pero el comprador quería reemplazarlo por otro nuevo. Al final el vendedor accedió y el dueño del coche desmontó el parachoques para que se lo llevaran.
Al mismo tiempo, decidió cambiar la radio del vehículo por uno de los primeros radiocasettes que hacían furor en esa época. Cuando ya había desmontado medio interior, el propietario se quedó sin dinero para pagar el coche y todas esas reformas. Al final los problemas legales condenaron al vehículo a acumular polvo durante 44 años.
Esa acumulación de polvo, curiosamente, ha sido providencial porque ha contribuido a proteger la pintura durante todo este tiempo. En el vídeo sobre estas líneas podéis ver el proceso de transporte, limpieza y reacondicionamiento del coche hasta dejarlo como nuevo. (Gizmodo)