La operación es conocida como ‘Panamá Papers’ y es el resultado de una investigación donde el ICIJ, integrado por más de 1110 medios de todo el mundo, exponen de forma detallada cómo diversos empresarios, políticos, deportistas y artistas de todo el mundo supuestamente evadieron impuestos con la ayuda del despacho panameño Mossack Fonseca.
Este bufete, que es considerado la mayor plataforma de testaferros de América Latina, fue señalado por la Fiscalía brasileña, como «gran lavadora de dinero», en el marco de la mega investigación anticorrupción denominada Lava Jato.
El trabajo periodístico se dio gracias a la filtración global de 11.5 millones de archivos de la empresa, la cual trabaja por medio de empresas offshore, las cuales ponen sus domicilios fiscales en ‘paraísos fiscales’, pero operan en todo el mundo; el objetivo es una evasión millonaria de impuestos.
En el campo deportivo, la lista contempla a empresas vinculadas a Lionel Messi y personajes como Michel Platini, expresidente de la UEFA.
Además, el escenario contempla 21 paraísos fiscales, entre ellos: Islas Vírgenes Británicas, Panamá, Seychelles, Samoa, Bahamas, Anguila, Nevada, Hong Kong, Reino Unido, Belice, COSTA RICA, Wyoming, Malta, Nueva Zelandia, Chipre, Niue, Uruguay, Ras Al Khaimah, Singapore, Isla de Man y Jersey.
Entre algunos líderes políticos involucrados en el escándalo «Panamá Papers» destacan: Mauricio Macri, presidente de Argentina; Xi Jingping, presidente de China; Enrique Peña Nieto, presidente de México; Mohammad bin Naif bin Abdulaziz Al-Saud, rey de Arabia Saudita; Juan Carlos I, rey emérito de España, entre otros.
La participación de nuestro país en esta operación mundial involucra al menos a 34 bufetes ticos, quienes enlazaron a decenas de nacionales -muchos de alto perfil empresarial y político- con Mossack Fonseca & Co., el bufete panameño cuestionado por crear refugios offshore para sus clientes.
El mundo offshore es una amplia industria global de banqueros, abogados, contadores y otros intermediarios que trabajan coordinados para proteger los secretos financieros de sus clientes. Estos expertos en secretismo usan compañías anónimas «pantalla» o «shelf-companies», muchas veces para poder disfrazar los orígenes de dinero sucio o de evasión impositiva.