Marques Ribeiro, juez internacional de la FIFA, celebró de forma muy eufórica al decretar el cierre del duelo entre San Pablo y Gremio, correspondiente a la jornada 16 de la Serie A. Su reacción, que no se acercó en lo más mínimo a la típica imparcialidad que exige su profesión, despertó sospechas de amaño.
Era un partido importante para el desarrollo del campeonato, ya que Gremio es el escolta del líder Corinthians y el San Pablo está sumergido en la zona de descenso, por lo que precisa sumar puntos para salvarse. En el Morumbí, el elenco visitante comenzó en ventaja, pero el conjunto paulista consiguió el 1-1 definitivo en el minuto 64.
«Solo intentaba exteriorizar mi satisfacción por el deber cumplido. Sé que no es el procedimiento habitual, que lo normal es pasar desapercibido. No pensé que tendría esa repercusión», se excusó ante la prensa el propio Marques en el túnel de vestuarios.
Además, el colegiado de 38 años, quien lleva 19 años como árbitro profesional y desde hace nueve años dirige a nivel internacional, explicó qué factores del partido motivaron su festejo: «Realizamos un buen trabajo, el juego exigió mucho de nuestro equipo. Era un clásico con equipos en situaciones distintas en la tabla, sabíamos de las dificultades, pero pusimos en práctica lo que planificamos. El resultado fue positivo.» (INFOBAE)
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