Cuando el gigante estadounidense empezó a difundir el año pasado esta serie española sobre un espectacular atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid, la convirtió inesperadamente en oro. Y es que previamente, su exhibición en el canal de televisión español Antena 3 había cosechado una audiencia limitada.
Apoyada en una simbología fuerte, como la canción de resistencia «Bella ciao» (Adiós bella), a la que la serie ha dado una segunda vida, o las caretas de Dalí que llevan los atracadores y se venden a raudales en la calle, «La Casa de Papel» engancha hasta a famosos, desde Neymar a Alejandro Sanz, quien solicitó un DVD antes de su estreno en Netflix, según Pina.
Álex Pina, por su parte, manifestó que el arma principal de una serie como «La Casa de Papel» es «descolocar al espectador moralmente». «[El televidente] no sabe si Berlín es un tipo al que hay que odiar, si es realmente misógino, despreciable, cruel… y luego lo adoras. Estamos cambiando el foco moral y manipulando al espectador y creo que le gusta que hagamos eso».
El realizador también destacó el nivel de las series de televisión, por sobre muchas superproducciones de Hollywood. «Cuando voy al cine parece que se está quedando como el hermano menor. Las series son la nueva literatura por fascículos, lo veo en mi casa con mi hija, que no lee, ve series», comenta.
Esther Martínez concuerda con esta idea. «Hay épocas en que era más interesante la comedia, lo lúdico, los géneros y finalmente hemos llegado a un lugar donde la gente está muy interesada en la vida de los personajes». AFP