Además de tener ese sabor característico, la maestra cervecera le añadió unos toques de café tostado y malvavisco como punto final a su creación.
La lactosa redondea ágilmente el perfil de la malta negra y la ausencia de una presencia de lúpulo proporciona una sensación suave en la boca, con un dulzor tan sencillo como calmante, y que recuerda a un batido de chocolate, solo que con alcohol. Para nada es una sorpresa, la cerveza sabe como un batido de chocolate y es absolutamente deliciosa.
A quienes les fascinan las malteadas y batidos de chocolate tanto como la cerveza, esta es una opción que mezcla sus pasiones. Por desgracia, esta bebida solo se vende en la ciudad de Adelaide y todavía no se sabe si se extenderá a otros lugares de Australia y del mundo. (Guía del Varón)