Dos semanas después de morir asesinado de un disparo a los 18 años, Renard Matthews presentaba el mismo aspecto que habría tenido en vida.
Para su velatorio, dispusieron a Matthews sentado en una butaca, delante de un televisor, con las manos cerradas en torno a un control de PS4 y «jugando» NBA2K. Y no solo eso: el joven llevaba gafas de sol, calcetines, chanclas y una camiseta de los Celtics, y tenía un paquete de Doritos y cerveza de raíz a un lado. Todo se organizó así por deseo expreso de la familia.
El de Matthew es el último de una serie de funerales que los profesionales de este sector llaman «no tradicionales», en los que, en lugar de poner al fallecido en un ataúd, las familias prefieren ponerlo en situaciones cotidianas para recordarlos tal y como eran en vida.
Esta práctica surgió por primera vez en Puerto Rico en 2008, como una forma más festiva de despedirse de los muertos. Ahí, la Funeraria Marín ha preparado varios difuntos, haciéndolos posar.
Vivimos en una época en la que es posible lanzar las cenizas de nuestros seres queridos al espacio, por lo que los embalsamamientos no tradicionales no son más que otra forma creativa de rememorar a los difuntos y de cambiar la narrativa en torno a la muerte.
¿Qué posición les gustaría para su funeral mijos? (Infobae)