El dispositivo consiste en una cápsula de plástico de 55 centímetros de alto por 20 de ancho que, además de conectarse a la wifi de casa para controlar tu domótica, puede comunicarse contigo mediante la proyección holográfica de un personaje de anime llamado Azuma Hikari.
Como otros asistentes virtuales, Hikari puede leer los mensajes de tu móvil en voz alta o advertirte de que va a llover, pero salta a la vista que no es un asistente convencional. La joven se dirige al usuario con frases como “No vuelvas tarde hoy”,“Tengo muchas ganas de verte” y “Te he echado de menos, cariño”.
Además, tiene su propia personalidad: la de una joven de 20 años que ama los donuts, odia los insectos y, por supuesto, está enamorada de ti.
Hikari ha sido diseñada para evocar una idea alrededor de la expresión okaeri-nasai (“bienvenido a casa”), la de una mujer sumisa que lo tiene todo preparado para cuando su marido llega a casa cansado de trabajar. Cuanto más conversas con ella, más aprende de tus gustos y de tus horarios. Te reconoce por la cámara. Se acuerda de “vuestro aniversario”.
Pero nada es para siempre. Si quieres evitar que Hikari se vuelva obsoleta, tienes que pagar una tarifa de 1500 yenes al mes ($13,60 mensuales). Un precio asumible para el cliente objetivo de Gatebox: japoneses que quieren llegar a casa del trabajo para disfrutar de una cena con su novia de mentira.