Al fin los legisladores llegaron a un acuerdo para votar, en primer debate, la reforma a la Ley de Bienestar Animal, que endurece el castigo con pena de cárcel a quien realice actos de brutalidad hacia los animales.
Tuvieron que pasar cinco largos años para que los congresistas se pusieran de acuerdo con este proyecto que ha provocado decenas de marchas y campañas en redes sociales.
El nuevo texto aprobado instituye sanciones económicas a quienes no mantengan a los animales con condiciones adecuadas o a quienes no recojan las heces de sus mascotas.
Establece penas de 6 a 3 años de cárcel a quien, de forma premeditada y alevosa, mate a un animal.
Según la nueva ley se excluye de cualquier sanción el entrenamiento profesional debidamente acreditado de animales de asistencia para personas con discapacidad y de los animales utilizables para seguridad humana o para el combate de la delincuencia.
Lo que sigue es la revisión por parte de los magistrados de la Sala Constitucional, quienes determinarán si tiene algún roce con la Constitución, esto ante una consulta enviada por el libertario Otto Guevara, quien afirma que el texto posee serias inconstitucionalidades, ya que por ejemplo no especifica qué tipo de animales se incluyen.