Un festival que es toda una tradición en Yulin, China, ha sacrificado año a año miles de perros para el consumo de los visitantes. Solo el año pasado fueron asesinados unos 10.000 animales, a pesar de las críticas de las organizaciones que defienden sus derechos.
Almacenados en jaulas, algunos agonizantes, colgados de ganchos y listos para ser asados o hervidos. Así se ven los miles de perros que son parte del festival de carne canina «Yulin 2016».
Las campañas en contra no han surtido efecto, los organizadores y participantes argumentan que es una experiencia cultural, no muy distinta a las exhibiciones de vacas, pavos o corderos de cualquier fiesta de pueblos occidentales.
A través de una plataforma (Change.org), 17 mil personas ya firmaron la petición al gobierno chino para detener el festival, aunque por ahora la iniciativa sigue adelante.
A pesar de que los números indican que el festival ha venido a menos y que el gobierno chino ha externado su rechazo al mismo, aduciendo a que es organizado por la empresa privada, los activistas siguen en pie de lucha para detener este sacrificio de animales.