El síndrome de Bartholin-Patau implica que el cromosoma 13, estructura presente en el núcleo de las células, no tenga una composición usual (en par), sino en trío. Esto se traduce en diversos males físicos en el cuerpo humano, cuya gravedad hace que los bebés vivan solo unas semanas después de nacer.
De acuerdo a la Asociación Trisomía 13, esta enfermedad genética y otras similares se presentan en uno de cada 10.000 nacimientos. No es hereditaria en la mayoría de casos.
Tanto Wisin como su esposa, Yomaira Ortiz, supieron de la enfermedad de Victoria cuando la pequeña solo tenía cinco meses en el vientre de su madre. Ella declaró a los medios de comunicación que tuvo la opción de abortarla, pero prefirió no hacerlo porque ambos confiaron en la voluntad divina.
«Los médicos tratan de convencerte de que el aborto es lo correcto, pero ese no es el camino que Dios quiere que elijamos, porque no somos quienes, para decidir la vida de un ser humano, aunque sea nuestro hijo», indicó la esposa de Wisin a Telemundo. (Fuente El Nacional.com)