El carbón activado o activo pertenece a una familia de adsorbentes (no es lo mismo que absorbentes) carbonáceos cristalinos.
Dependiendo de la madera de la que procedan su capacidad de abrasión y adsorción varía, pero de todas ellas hay un gran mercado de productos, tanto en polvo como en cápsulas, que se venden entre los 8 y 10 dólares cada 100 gramos para diferentes usos.
En general, la propiedad más conocida es la de retener toxinas. Por esta misma propiedad se utiliza en casos de desintoxicación como antídoto hospitalario.
Al ingerirlo, actúa como una esponja, retiene la sustancia nociva y esta atraviesa el organismo sin efectos. También es usado como filtro pues bloquea contaminantes por su gran cantidad de microporos. Adsorbe, por ejemplo, las toxinas del agua, potabilizándola.
“Aunque en principio el efecto pueda parecer positivo porque eliminan la capa superficial, en realidad su uso es un grave error” afirma Marián García, doctora en Farmacia y nutricionista. “Se utiliza como antídoto hospitalario en intoxicaciones y en base a esto le atribuyen otros muchos usos pero no hay evidencia científica de su eficacia en esos casos. Ni siquiera como blanqueante dental. La bentonita podría tener propiedades absorbentes similares, pero tampoco hay ninguna evidencia de su eficacia para blanquear los dientes” (Gizmodo)